Customize Consent Preferences

To accept its use you can click on the  ACCEPT o ACCEPT ALL COOKIES. If you do not agree with any of these, you can customize your options through the settings/privacy panel.

Always Active

Necessary cookies are required to enable the basic features of this site, such as providing secure log-in or adjusting your consent preferences. These cookies do not store any personally identifiable data.

Functional cookies help perform certain functionalities like sharing the content of the website on social media platforms, collecting feedback, and other third-party features.

Analytical cookies are used to understand how visitors interact with the website. These cookies help provide information on metrics such as the number of visitors, bounce rate, traffic source, etc.

Performance cookies are used to understand and analyze the key performance indexes of the website which helps in delivering a better user experience for the visitors.

No cookies to display.

Advertisement cookies are used to provide visitors with customized advertisements based on the pages you visited previously and to analyze the effectiveness of the ad campaigns.

No cookies to display.

Ejemplar de ‘Aplysina archeri’. / Benjamin Mueller

Esta semana, los protagonistas del #Cienciaalobestia son los poríferos, también conocidos como esponjas de mar, que ‘estornudan’ para limpiar sus sistemas de filtrado interno. Estas mucosidades expulsadas al agua son usadas por algunos animales que viven en los alrededores como alimento.

En los humanos, un estornudo es un acto reflejo convulsivo de expulsión de aire desde los pulmones a través de la boca o la nariz. Sin embargo, se trata de una de las formas más antiguas en que los organismos eliminan sus desechos.

Un grupo de investigadores, liderado por la Universidad de Ámsterdam (Holanda), ha descubierto que los poríferos o esponjas de mar, uno de los organismos multicelulares más antiguos que existen, ‘estornudan’ para destapar sus sistemas de filtrado interno. Los resultados se publican en la revista Current Biology

Si bien se conoce dicho comportamiento desde hace años, sus hallazgos muestran que a través de este acto de expulsión las esponjas eliminan los materiales que no pueden usar. “Nuestros datos sugieren que ‘estornudar’ es una adaptación que las esponjas desarrollaron para mantenerse limpias”, afirma Jasper de Goeij, biólogo marino de la Universidad de Ámsterdam y autor principal del artículo.

“Eso sí, las esponjas no estornudan como los humanos”, explica de Goeij. “En el caso de las primeras, cada estornudo tarda aproximadamente media hora en completarse. Sin embargo, en ambos organismos el acto existe como mecanismo de eliminación de desechos”, prosigue el investigador.

Un mecanismo muy útil

Para filtrar los alimentos, las esponjas aspiran y expulsan agua de diferentes aberturas. “Hay que tener en cuenta que se trata de organismos inmóviles, que no tienen la capacidad de desplazarse”, cuenta de Goeij.

“Cuando el agua a su alrededor está sucia y las partículas en suspensión son demasiado grandes, las esponjas no pueden simplemente trasladarse a otro lugar. Aquí es cuando el mecanismo de ‘estornudo’ resulta útil”, añade.

“Observamos que la mucosidad −repleta de los desechos de la filtración− salía continuamente de las aberturas de entrada del agua (no las de salida, como hubiéramos imaginado) y se transportaba lentamente hacia la superficie de la esponja. Cada 3 a 8 horas, el animal contraía y luego relajaba sus tejidos superficiales, empujando las secreciones hacia el agua circundante”, cuenta a SINC Niklas Kornder, primer autor del estudio.

“Hasta ahora se pensaba que este mecanismo servía para regular el flujo de agua. Sin embargo, gracias a esos ‘estornudos’ los detritos acumulados se desprendían, dejando una superficie limpia”, añade el investigador.

“Observamos también que algunos peces y otros animales que viven con las esponjas utilizan esa mucosidad como alimento. Existe algo de materia orgánica en el agua que rodea el arrecife de coral, pero la mayor parte no está lo suficientemente concentrada para que los animales puedan comerla. Las esponjas transforman este material en moco comestible”, continua.

Arrecife de coral caribeño poco profundo, hábitat de esponjas marinas. / Benjamin Mueller

Esponjas: un organismo nada simple

Los investigadores han estudiado dos especies, la caribeña Aplysina archeri y otra del Indo-Pacífico perteneciente al género Chelonaplysilla. “Pero creemos que la mayoría de las esponjas, si no todas, estornudan”, dice Kornder. “Sin embargo, todavía hay muchos aspectos de este mecanismo fisiológico que no se conocen y necesitan ser estudiados más extensivamente”, añade Kornder

“Hay muchos científicos que piensan que las esponjas son organismos muy simples, pero la mayoría de las veces nos sorprende la flexibilidad que muestran para adaptarse a su entorno”, comenta de Goeij.

“La similitud entre los estornudos de las esponjas y los humanos es fascinante. Destaca cómo dos animales en extremos opuestos de la escala evolutiva se limpian de la misma manera”, concluye Kornder.

Fuente: SINC La ciència es noticia