Aparte del nefasto impacto que tienen estas temperaturas en el ecosistema marino, debemos preguntarnos si esto va a suponer un otoño con muchas lluvias torrenciales e inundaciones.
Este verano nos sorprende lo cálido que está el Mar Mediterráneo, especialmente las zonas central y occidental, es decir, nuestra vertiente mediterránea. No es la primera vez que sucede, pero sí es consistente con la tendencia al calentamiento que todos los análisis muestran. Muchos estudios de proyecciones climáticas apuntan a que seguirá profundizándose este calentamiento.
Podemos observar temperaturas extremadamente anómalas de hasta 30 ºC (5 ºC por encima de la media en julio) en algunos puntos, con medias de hasta 3 ºC por encima de lo normal en nuestra vertiente mediterránea.
Por ejemplo, Barcelona está teniendo temperaturas de la superficie del mar entorno a los 26-27 ºC, algo incluso mayor a las típicas temperaturas de final de verano. Aparte del nefasto impacto que tienen estas temperaturas en el ecosistema marino, en forma de ola de calor marina, debemos preguntarnos si esto va a suponer un otoño con muchas lluvias torrenciales que puedan causar un alto impacto.
Lo cierto es que no tiene por qué. Esto es así porque las temperaturas del mar cálidas no provocan lluvias torrenciales de forma directa. Lo que hacen es potenciar que sean más intensas o explosivas una vez que exista una situación atmosférica favorable para producirse.
Es la atmósfera quien provoca las lluvias, mientras que el mar puede potenciar que sean más extremas. Este es el caso típico de la llegada de una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), tradicionalmente llamada gota fría, que en ocasiones puede generar tormentas muy grandes e intensas, y que puede verse mejor alimentada por todo ese calor y vapor que desprendería el Mediterráneo.
También habrá que estar pendientes de las temperaturas del mar, pues pueden enfriarse si las condiciones actuales atmosféricas cambian, aunque es cierto que agosto se predice más cálido de lo normal; y deberemos prestar atención a la posibilidad de que se genere algún ciclón tropical en el Mediterráneo, capaz de ser sostenido por estas temperaturas marítimas. Algo que algunos estudios ya apuntan.
Fuente: Science Media Centre España
Juan Jesús González Alemán